España es, junto con Italia, el único país de Europa en el que los expertos consideran que el riesgo futuro con mayor impacto social en los próximos años es la inestabilidad geopolítica. El cambio climático y sus consecuencias, por contra, consolida su primera posición en el resto del mundo como principal amenaza para la Humanidad. Los expertos españoles lo colocan en segunda posición. Esta es una de las principales conclusiones de la XI edición del Informe de Riesgos Futuros, una encuesta mundial realizada por IPSOS para el Grupo AXA a un panel de más de 3.000 expertos de 50 países. El TOP 3 de los expertos españoles lo cierran los riesgos cibernéticos. 

Adicionalmente, se ha llevado a cabo la misma encuesta a la población adulta de 15 países del mundo con el fin de conocer el nivel de percepción de riesgos que tienen, cómo se enfrentan a ellos y qué consecuencias podrían ocasionarles. Y en lo que a la española se refiere, esta sí, considera que el cambio climático es el mayor de todos los riesgos futuros a los que se enfrenta el mundo; seguido de la inestabilidad geopolítica, y de las pandemias y enfermedades infecciosas. 

Probablemente, la lectura principal que se puede extraer es que la “policrisis global” de que hablaba por primera vez el año pasado el Informe de Riesgos Futuros el Grupo AXA, persiste y se ha profundizado. El estudio destaca la creciente complejidad de la gestión de riesgos, la toma de decisiones y la superación de desafíos en un mundo marcado por rápidos avances tecnológicos y riesgos cada vez más interconectados. 

Por otro lado, los encuestados de todo el mundo son conscientes de que cada vez son más vulnerables a una serie de riesgos. Una gran mayoría de expertos mundiales (92%) y del público en general mundial (90%) consideran que en los últimos años ha habido un aumento del número de crisis. Porcentajes igualmente altos (93% y 91% respectivamente) creen que estas crisis están teniendo un impacto más importante en la vida de las personas. En el caso de los resultados del Informe de Riesgos Futuros en España, por ejemplo, es el país de Europa con mayor sentimiento de vulnerabilidad en sus ciudades tanto entre los expertos (77%) como entre la población en general (70%). 

La mayoría de los riesgos que presenta el panel están interconectados por vasos comunicantes que hacen que los efectos en unos se dejen sentir directa e inmediatamente en otros. Y en todos ellos juega un papel determinante la desinformación. Por eso, esta XI edición del Informe de Riesgos Futuros ha introducido una serie de preguntas al respecto con un resultado muy revelador. 

Los españoles, los más cautelosos de Europa 
Cuando se preguntó a los encuestados de todo el mundo si creen que las personas, en general, tienen capacidad para evaluar la fiabilidad de la información en las redes sociales, el 75% de los expertos y el 60% del público en general respondieron "no". En España estos porcentajes son del 85% y del 68% respectivamente. Sin embargo, cuando se les preguntó si confían en su propia capacidad para evaluar la fiabilidad de esta información, el 80% de los expertos y el 78% del público en general respondieron "sí". Estas cifras sugieren que la mayoría de las personas son conscientes de que la desinformación y la información falsa son un problema, pero también que muchas pueden tener un punto ciego sobre su propia vulnerabilidad para ser manipuladas y engañadas. 

Cabe señalar que los españoles podrían ser los europeos más cautelosos cuando se habla de fake news. Solo el 66% de los expertos españoles (frente al 80% mundial) se consideran capaces de distinguir entre información verdadera y falsa en las redes sociales. Un patrón similar a lo que ocurre entre la población general, donde solo el 69% de los españoles creen tener esa facultad, frente al 78% de la población general mundial. 

La desinformación es una herramienta que se utiliza profusamente tanto en enfrentamientos políticos nacionales como en conflictos geopolíticos. Es potenciada por la inteligencia artificial y amplifica el riesgo de tensiones sociales, socavando la cohesión social necesaria para combatir diversos desafíos, como el cambio climático. Alrededor de la mitad de la población mundial, casi 70 países, han tenido o van a tener citas electorales en 2024, con lo que existe un considerable potencial para una mayor división y desestabilización.

La mayor parte de los expertos españoles y de la población nacional (el 55% en ambos colectivos) consideran que los riesgos globales requieren soluciones globales. Sin embargo, el resto de los expertos mundiales no piensan los mismo: aunque son mayoría quienes creen que las decisiones sobre los riesgos futuros se tomarían de manera más efectiva a nivel global, su porcentaje ha disminuido respecto al año pasado, aumentando el de aquellos que prefieren la toma de decisiones a nivel local.
Las tensiones geopolíticas continúan obstaculizando cualquier intento de cooperación a nivel global. La encuesta de este año muestra un ligero aumento en la proporción de expertos (50%) y miembros del público (44%) que creen que la globalización se ralentizará a medida que los países intenten protegerse de los riesgos en lugar de trabajar hacia soluciones colectivas. Ambas cifras han aumentado un punto porcentual con respecto al año pasado. En el caso de España, los expertos que vislumbran una ralentización del proceso de globalización se elevan hasta el 60%.

Cambio climático, de nuevo en el TOP1
Por segundo año consecutivo el cambio climático ocupa el primer lugar del ránking de riesgos futuros para ambos grupos encuestados, expertos y población general, en todos los continentes. En este sentido cabe señalar que el informe advierte por primera vez de la existencia de un claro potencial para que el cambio climático fuerce la migración a una escala que empeore drásticamente otros riesgos, como las tensiones sociales y la inestabilidad geopolítica. Una forma en que podría hacerlo es a través de la escasez de alimentos y agua.

El sector asegurador tiene grandes desafíos por delante. El 87% de los expertos españoles y el 64% de la población de España creen que las aseguradoras tienen un papel crucial que desempeñar en la protección de las personas contra los riesgos emergentes en el futuro. El informe concluye que el realismo de los datos no debe conducir al fatalismo, sino a la asunción de una responsabilidad aún mayor para aportar su experiencia en la mitigación y gestión de los riesgos potenciales.