Los recientes terremotos que han sacudido Turquía y Siria, han renovado la alerta de la población mundial sobre las graves consecuencias humanas y materiales que pueden llegar a provocar estos bruscos movimientos de la tierra. También han recordado cómo la mayor o menor precariedad y hacinamiento de las poblaciones que los sufren, pueden multiplicar sus consecuencias… Por ejemplo, en los 7’8 grados de magnitud en la escala Richter sufridos por estos últimos terremotos el número de víctimas fallecidas ronda las 25.000. Sin embargo, no hay que olvidar que el sufrido en 2010 en Haití, de magnitud inferior a 7’0 grados Richter, dejó una huella superior a las 300.000 muertes.

Y es que una cosa es la magnitud de un seísmo, que describe la energía liberada por la ruptura de una falla, y otra es su intensidad, es decir, las consecuencias, que pueden ir desde resultar “imperceptible” hasta un desenlace “catastrófico”. Este último, el más grave de los diez grados con que describe la intensidad la conocida Escala de Mercalli, debido casi siempre a la vulnerabilidad estructural de las construcciones. 

En España el mayor riesgo sísmico se extiende en las zonas costeras desde Huelva hasta Alicante, siendo más moderado en los Pirineos y Galicia. Esto es resultado de la ubicación de la modesta Placa Ibérica, soldada al sur de la Placa Tectónica Euroasiática y situada al norte de la Placa Tectónica Africana.  

Una de las tareas llevadas a cabo desde Fundación AXA, es la divulgación en Centros Educativos de cómo actuar frente al riesgo de terremotos. Hemos realizado grandes simulacros en colaboración con Protección Civil 112, Fuerzas Armadas, Cruz Roja, Colegios de Psicología, y voluntarios. En el último llevado a cabo en Granada – zona sísmica por excelencia - se puso de manifiesto la falta generalizada entre la población de una medida elemental para evitar que colapsen las comunicaciones y disminuya la angustia en la búsqueda de familiares: que cada familia tenga siempre predeterminado un lugar de encuentro de todos sus miembros para el caso de sufrir un seísmo. 

“Cuando se está en medio de las adversidades – escribió Séneca - ya es tarde para ser cauto.”  
   
Por José Millán Villanueva. Cátedra de Prevención de Riesgos. Fundación AXA.

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