Conducir con niebla supone adoptar determinadas medidas de seguridad para prevenir los mayores riesgos posibles en la carretera. Por este motivo, desde la Dirección General de Tráfico (DGT) ofrecen algunos consejos útiles que debemos tener en cuenta cuando un banco de niebla nos sorprende mientras nos encontramos al volante.  

Dejar una mayor distancia con los vehículos de delante 

Para calcular la distancia de seguridad habitual que se debe mantener con el vehículo de delante, la DGT ofrece un ejemplo. Si estamos conduciendo a una velocidad de 90 kilómetros por hora, debemos eliminar la última cifra y multiplicar este número por sí mismo, es decir, 9 multiplicado por nueve, lo que daría como resultado un nueve al cuadrado que sería igual a 81. Esta es la distancia en metros que deberíamos cumplir.  

Asimismo, cuando hay niebla o la calzada se encuentra mojada, la distancia debe ser el doble para una mayor seguridad. Recordemos que ante un banco de niebla la visibilidad se reduce de forma notable, por lo que hay un mayor riesgo de colisión. 

Encender las nubes antiniebla 

Las luces antiniebla suelen molestar bastante al resto de los conductores cuando la niebla no es del todo densa. Pero, si estamos teniendo dificultades para ver la carretera, por supuesto, son necesarias. Estas ayudan a mejorar la visibilidad para que otros vehículos sepan dónde está el coche. ¿Mejoran la visibilidad en la carretera? Pues más o menos, algo sí, pero en casos de niebla muy densa la dificultad para ver la carretera seguirá presente.  

Es importante no intentar paliar esta reducción de la visibilidad poniendo las luces largas. No solo empeora la visibilidad, sino que deslumbrará al resto de los conductores, algo que puede ser realmente peligroso. Por lo tanto, conviene tener precaución con esto. 

Seguir las marcas longitudinales de la carretera 

Algo que nos suele ocurrir cuando hay niebla es que no sabemos si estamos siguiendo nuestro carril, lo que puede ser peligroso si, sin quererlo, acabamos en el carril contrario. Por lo tanto, una buena idea es seguir las marcas longitudinales del suelo y no separarnos de ella. Para hacer esto, será importante reducir la velocidad lo que sea necesario e ir fijándonos bien en la carretera para no perder esta guía.  

Puede haber situaciones en las que ni siquiera seamos capaces de ver las marcas del suelo. Si esto ocurre y la conducción está siendo realmente difícil, lo mejor es abandonar la vía, pero nunca parar en el arcén. Hay que dirigirse a un área de servicio, por ejemplo. 

Apoyarse en las ayudas a la conducción 

Los nuevos modelos de vehículos suelen incluir sistemas de ayudas a la conducción modernos que en situaciones adversas, como en las que nos encontraremos si hay niebla, pueden ser de gran utilidad. Por ejemplo, los sensores de lluvia y de luces se encenderán de manera automática para que no nos olvidemos de hacer esto. Hay situaciones en las que algunos vehículos no encienden las luces y no se les ve con la niebla.  

Las cámaras, el navegador o los sistemas de visión nocturna también mejorarán la seguridad en la carretera cuando hay niebla. Serán de gran ayuda para mantenerse en el carril, avanzar en la vía con seguridad y detectar a animales u otros vehículos que crucen de repente la carretera y que, sin la ayuda de estos sistemas, no veríamos.  

Conducir con niebla es posible, pero conviene seguir estas recomendaciones de la DGT para reducir los riesgos que pueden aumentar debido a esta condición metereológica. Reducir mucho la velocidad, encender las luces antiniebla y aumentar la distancia de seguridad son las tres principales claves que no debemos olvidar nunca.