La edad media en la que los jóvenes españoles se van de casa son los 30,4 años. Lo que nos coloca en el cuarto país de la UE donde más se retrasa la emancipación. Consecuentemente, la maternidad de las mujeres españolas se sigue prolongando en el tiempo. En los años setenta la edad más habitual para tener el primer hijo eran los 23 años. En la actualidad España es el país de la eurozona con más madres primerizas a partir de los 39 años. En 2022 (último año para el que hay datos) casi 17 de cada 1.000 mujeres tuvieron su primer hijo con 39 años, un 40% más que en el conjunto de la eurozona.  

Una de las principales razones que hay detrás de estos datos es la dificultad de acceso a la vivienda, ya sea en régimen de compra o de alquiler. Según los cálculos realizados por el Consejo de la Juventud de España (CJE) en 2024, una persona soltera de entre 18 y 35 años debería destinar el 108% de su salario al alquiler de una casa y a los suministros. Vamos, una misión imposible. En este contexto, advertir a una persona joven de la necesidad de que piense en la complementariedad de su futura pensión pública con un plan de pensiones, realmente, es un chiste de mal gusto. O, cuando menos, una pérdida de tiempo. 

Sin embargo, el próximo 1 de enero entra en vigor una reforma del Reglamento de Planes y Fondos de Pensiones en virtud de la cual se van a poder hacer rescates de los planes de pensiones individuales y de aquellos planes de empleo que así lo establezcan. Se abre aquí una ventana de luz que hasta ahora permanecía cerrada. Porque hasta ahora, la única posibilidad de recuperar antes de la edad de jubilación parte del ahorro alojado en estos planes era encontrarse en una de estas situaciones: desempleo, invalidez, dependencia severa o gran dependencia, enfermedad grave o muerte. 

A partir del próximo año podrán rescatarse las aportaciones realizadas con al menos diez años de antigüedad, es decir, aquellas realizadas antes de 2015. Y así sucesivamente en los próximos años. 

Aunque el principio original de este ahorro es finalista (la jubilación), la apertura de esta vía de acceso a la hucha imprime un atractivo a los planes de pensiones para los jóvenes del que hasta ahora carecían. La finalidad de este producto es la jubilación, sin embargo, la posibilidad de poder disponer del ahorro hace que el producto se vuelva más interesante para el público joven. 

Cabe señalar que las sumas rescatadas computarán a efectos de IRPF en el año en cuestión, lo que, con toda probabilidad le hará pagar más en su declaración a Hacienda. Esto es importante puesto que puede salir caro el rescate si no se tiene en cuenta esta cuestión. Dicho lo cual, el incentivo que tienen ahora los jóvenes para pensar en el ahorro para su jubilación ya no es un chiste.