Reticencias que debes obviar de una vez para detectar de forma precoz el cáncer de próstata

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Mi Salud y Bienestar 27935139
10/06/2024

Reticencias que debes obviar de una vez para detectar de forma precoz el cáncer de próstata

Solo la mitad de los españoles mayores de 50 años llevan a cabo las revisiones de próstata anuales recomendadas, según datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Y eso a pesar de que este tipo de cáncer es el más frecuente en hombres -30.000 son diagnosticados cada año en España- y el 90% de los casos se detectan precisamente en estas consultas. ¿Qué sucede entonces? La gran mayoría de los médicos apuntan, como motivo principal, al miedo y la vergüenza que provocan dos palabras: tacto rectal.

Esta exploración médica es una de las más habituales a la hora de hacer una revisión prostática aunque los médicos señalan que no siempre es necesaria. Normalmente se complementa con un análisis de sangre para revisar, entre otras cosas, el marcador prostático PSA y, en ocasiones, con una ecografía. Pero no hay duda de que es el tacto rectal el que hace que muchos hombres retrasen todo lo posible su visita al urólogo demostrando que hay ciertos tabúes que se niegan a desaparecer de nuestra sociedad.

Médicos, asociaciones y autoridades sanitarias llevan años realizando campañas para que se normalicen las revisiones prostáticas al igual que sucede con las mamografías en el caso de las mujeres, especialmente porque la prevalencia de ambos cánceres son similares. Insisten, además, en que este examen no es doloroso y lleva muchísimo menos tiempo del que seguro que contempla la imaginación de un hombre mal sugestionado.

Otra de las reticencias tiene que ver con el diagnóstico. La palabra cáncer aún es difícil de pronunciar para muchos –durante años en las necrológicas era sustituida por el eufemismo “larga enfermedad”- y enfrentarse a su posible pronóstico provoca miedo y a veces incluso negación. Esa ridícula idea de que si no se va al médico y no se nos da un diagnóstico, la enfermedad no existe. Una opinión que, además de absurda, es peligrosa ya que es primordial que, de existir, el cáncer se detecte a tiempo.

Por no hablar de otras posibles enfermedades urológicas que podrían detectarse en un examen prostático como la hiperplasia benigna –el aumento no maligno de la próstata- que padecen más del 50% de los hombres de 60 años y el 90% de los de 85, o la prostatitis –una infección urinaria que también inflama la próstata- habitual en los hombre de entre 20 y 40 años.

Y por último, una de las reticencias que en cierta manera deriva de las anteriores es la que tiene que ver con la erección y el vigor sexual y las consecuencias que pueden tener cualquier enfermedad. En el caso del cáncer de próstata no existe un único tratamiento y este variará en función de las circunstancias particulares del enfermo pero los más comunes son la radioterapia, la quimioterapia y la cirugía. Es esta última la que más miedo produce ya que tiene más riesgo de afectar a los nervios erectores. Aunque los médicos insisten en que, de producirse estos daños, también existen formas de tratarlos.

Es sorprendente además la bajísima exposición pública que tienen los casos de cáncer de próstata en famosos en contraposición con los de cáncer de mama. Y no son precisamente pocos: Robert de Niro, Ian McKellen, Roger Moore, Charlton Heston, Nelson Mandela o Ben Stiller. Sin embargo ninguno de ellos ha abanderado ninguna lucha por normalizar el diagnóstico o para fomentar que se hagan revisiones.

En definitiva, es hora de acabar con las reticencias que debido a tabúes absurdos y masculinidades mal entendidas pueden provocar mucho más mal que bien. Hoy en día los avances científicos son cada vez mayores y están logrando que la tasa de supervivencia de este cáncer sea de las más altas, prácticamente del 100% en el caso de que el cáncer sea local o regional. Sin embargo para poder curarlo, es fundamental poder detectarlo primero.

Detectar de forma precoz el cáncer de próstata, está en tu mano. Y una de las mejores formas de hacerlo es tener un seguro de salud con AXA para que acudir a tus revisiones sea aún más fácil.