Hay un millón de autónomos en el alambre en toda España, que han facturado o vendido en 2020 una quinta parte que en 2019. Uno de cada tres ha visto descender tanto sus ingresos que, o buscamos soluciones, o en unos meses tendremos que lamentar el cierre de unos 300.000 autónomos y empresas españolas.

El número de rebrotes y contagios no deja de crecer, y con ellos han llegado de nuevo las restricciones a la movilidad y, lo que es peor, el cierre de determinadas actividades consideradas no esenciales, en algunas comunidades autónomas. Va ser un invierno muy duro. Se avecina un desastre para autónomos, empresas y trabajadores si no se acompaña de un plan urgente de medidas económicas.

A nivel nacional hay muchas medidas que se pueden adoptar. Y no hay que esperar. El último trimestre del año es el mejor momento para desarrollar medidas de cara al nuevo año. Los autónomos necesitan ahora que se les bajen cotizaciones sociales y cuotas, no que se actualice lo que no se actualizó en enero. Si el estado de alarma se ha anunciado hasta el 9 de mayo, lo lógico sería, Navidad y Semana Santa por medio sin poder movernos con libertad, por salud, extender los ERTE y ayudas por cese de actividad hasta el 31 de mayo, al menos. Es urgente suspender cualquier incremento impositivo o creación de nuevos impuestos y reducir el IVA.

Hay que agradecer que nos hayan escuchado y que finalmente se hayan ampliado los periodos de carencia de amortización del capital de las líneas ICO, sin embargo, a día de hoy no se ha aprobado nada con respecto a los impuestos. Necesitamos una moratoria y aplazamientos de impuestos hasta el 30 de junio porque no hay liquidez para afrontarlos, porque los autónomos están gastando todos sus ahorros en sobrevivir. Y ante los impagos que ya se están produciendo, cintura por favor, bajen los recargos.

Pero los impuestos no son los únicos gastos. Hemos solicitado ya un plan de ayudas al alquiler para los autónomos que se les obligue al cierre total de su actividad y progresivo a quien tenga otras restricciones, moratorias en el pago de suministros en locales y actividades de autónomos y deducciones fiscal para las familias por gastos en el hogar (reformas, obras, mobiliario, equipamiento informático) de hasta 3000€. Esto movería la economía, así como redistribuir recursos y dar a cada familia un cheque de unos 300€ para gastar en comercio local, como ya se ha hecho en algunos municipios de nuestro país.

Las comunidades autónomas tienen que ponerse las pilas y tienen que buscar partidas para crear nuevas ayudas que nos permitan tomar aire y continuar con nuestras empresas y nuestros negocios en marcha. En Andalucía, la Junta ya ha sacado ayudas directas para algunos de los sectores más afectados por la COVID-19. Ha aprobado un plan de apoyo para pymes y autónomos que lo conforman distintas líneas con el objetivo de evitar el cierre de negocios y, en consecuencia, la destrucción de empleo. Todas estas iniciativas son bienvenidas, pero también hay que pedirle a la administración que resuelva lo antes posible las solicitudes y que las abonen rápido. Cada día son cientos los autónomos que no pueden más, y para muchos unos días o unas semanas pueden ser cruciales para poder seguir abiertos o tener que echar la persiana definitivamente. No son días éstos para la reflexión, son para la acción. Para cogernos de la mano y no dejarnos caer. Somos el motor de España, sin los autónomos no seremos capaces de seguir hacia delante

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