El 17 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hipertensión, una enfermedad silenciosa que aumenta el riesgo de ataque al corazón o accidente cerebrovascular. De modo que si esta situación te afecta a ti o a los tuyos, te contamos en profundidad en qué consiste esta enfermedad.

Síntomas de la hipertensión

La tensión alta puede pasar desapercibida durante mucho tiempo. En ocasiones puede detectarse tras una revisión médica o una medición rutinaria en la farmacia o en casa. No obstante, algunos síntomas pueden revelar hipertensión:

- Dolor de cabeza 

- Visión borrosa 

- Hemorragia nasal

- Confusión mental, ansiedad, fatiga, dificultad para concentrarse o ansiedad 

- Dolor en el pecho

- Náuseas y vómitos

- Dificultad para respirar y tos

- Convulsiones y reducción del gasto urinario

¿Cuáles son las causas y consecuencias de la tensión alta?

Cuando hablamos de tensión alta, primero debemos diferenciar entre hipertensión primaria e hipertensión secundaria, pues serán distintas las razones que pueden dar lugar a cada una de ellas. 

La hipertensión primaria o esencial no tiene causa conocida, si bien es la más frecuente. No obstante, existen multitud de factores que pueden favorecer la aparición de este tipo de hipertensión. 

- Estrés: Los estados emocionales como la ansiedad, la ira o el estrés constante pueden provocar un aumento temporal de la tensión arterial. Si bien esta alteración suele ser temporal, mantener situaciones tensas durante largo tiempo pueden agravar la enfermedad.

- Antecedentes familiares: En algunos casos, la hipertensión puede ser hereditaria. No obstante, este factor no es determinante.

- Edad: El envejecimiento y la hipertensión suelen formar un vínculo muy estrecho. De hecho, la probabilidad de padecer presión arterial alta aumenta a partir de los 65 años. 

- Sobrepeso: El exceso de grasa corporal está relacionado con un aumento de la presión arterial, pues la grasa puede obstruir el flujo de sangre y el suministro de oxígeno a los tejidos y órganos. La zona del cuerpo donde se localice la grasa incrementará la peligrosidad de su efecto en el cuerpo.

- Tabaco y alcohol: Por una parte, las sustancias químicas que contiene el tabaco pueden perjudicar gravemente el recubrimiento de la pared de las arterias. Por otro lado, el alcohol aumenta la tensión arterial debido a su capacidad para estimular el sistema nervioso simpático y la frecuencia cardíaca.

- Sedentarismo: La falta de actividad física está relacionada con una frecuencia cardíaca mayor, de modo que el trabajo del corazón aumenta en cada contracción para enviar sangre a las arterias.

- Exceso de sodio o ausencia de potasio: El vínculo entre el sodio y el potasio resulta fundamental para mantener una adecuada salud cardíaca. Por un lado, el sodio puede provocar que el cuerpo retenga líquidos. Por otro, el potasio ayuda a equilibrar el sodio en sangre.

- Otras enfermedades: Así mismo, ciertas enfermedades crónicas —como la diabetes o la apnea del sueño— también pueden favorecer el riesgo de padecer hipertensión primaria. 

Por otra parte, la hipertensión secundaria, el tipo menos común de presión arterial alta, es aquella provocada por otra patología. En este sentido, los trastornos renales y la reacción a determinados medicamentos son la causa más habitual.

Consecuencias de una enfermedad silenciosa

Como hemos visto, la presión arterial alta puede actuar de forma silenciosa durante largo tiempo. Sin embargo, las complicaciones asociadas pueden ser realmente dañinas para la salud. La pérdida de elasticidad de las arterias, la hipertrofia del corazón —un aumento de su grosor—, un daño renal, ocular o, incluso, cerebral, son algunas de las enfermedades que pueden derivar de la hipertensión.

3 consejos para prevenir la hipertensión

Los cambios en el estilo de vida suelen ser muy eficaces para controlar la presión arterial y lograr un estado de salud óptimo. A través de estos sencillos hábitos y el consejo de un profesional de la salud podrás evitar un empeoramiento de la enfermedad. 

Reduce los niveles de estrés

La meditación y el yoga son una excelente opción para las personas que necesitan tranquilizar su mente y vivir el presente. No obstante, siempre puedes practicar actividades más dinámicas para liberar la tensión acumulada y consultar con un especialista de la salud mental.

Realiza actividad física con frecuencia 

El deporte no solo te ayudará a disminuir el estrés, sino que te reportará importantes beneficios a medio y largo plazo. La combinación de ejercicio aeróbico y de fuerza es la alternativa más completa.

Mantén una alimentación saludable 

Las verduras y la fruta son las grandes protagonistas de una alimentación equilibrada. Así mismo, aumenta el consumo de agua y la ingesta de grasas, proteínas y carbohidratos saludables, y reduce al mínimo los productos ricos en grasas saturadas.

Y recuerda: la tensión arterial normal en adultos es de 120 mm Hg cuando el corazón late  y 80 mm Hg cuando el corazón se relaja. Si observas que tu presión arterial no se corresponde con estos valores, consulta con tu médico y sal de dudas.

Si eres asegurado de salud, recuerda los programas preventivos que tienes a tu disposición y ante cualquier duda, puedes contactar nuestro equipo médico. Prevencion (axa.es)  

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