La enfermedad cardiovascular (ECV) es la principal causa de muerte en el mundo. Sin embargo, el 80% de muertes prematuras podrían prevenirse realizando pequeños cambios en el estilo de vida. El 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón y nos recuerda que el ejercicio físico, una alimentación equilibrada, evitar el consumo de tabaco y el control del estrés son claves para reducir el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. 

¿Qué son las enfermedades cardiovasculares? 

Las enfermedades cardiovasculares son un grupo de afecciones del corazón y de los vasos sanguíneos, a menudo asociadas a un cúmulo de colesterol en las arterias conocido como «placa». Con el tiempo, esta acumulación de grasa puede estrechar los vasos sanguíneos y provocar problemas en todo el cuerpo. Es más, si una arteria queda obstruida, puede originarse un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, a menudo conocido como «trombo». 

¿Cuáles son los factores de riesgo? 

La primera causa de las enfermedades cardiovasculares es el consumo de tabaco. De acuerdo con el Centro para la Prevención y el Control de las Enfermedades, algunas de las consecuencias del tabaquismo son el aumento de los triglicéridos, la reducción del colesterol “bueno” o el daño en las células que recubren los vasos sanguíneos, entre otros.  

Otras causas frecuentes de las enfermedades cardiovasculares son el sedentarismo, una dieta desequilibrada y el consumo excesivo de alcohol. Los efectos de estos hábitos suelen manifestarse en las personas a modo de obesidad, sobrepeso, hipertensión arterial, hiperglucemia e hiperlipidemia. 

Asimismo, las enfermedades cardiovasculares pueden ser producto de los cambios sociales, económicos y culturales —como la urbanización, la globalización y el envejecimiento de la población—, la pobreza, los factores hereditarios y el estrés. 

Medidas para prevenir las enfermedades cardiovasculares 

El Día Mundial del Corazón es un recordatorio de la importancia de cuidar nuestros corazones. Si bien no es posible cambiar algunos factores de riesgo —como el sexo, la edad o los antecedentes familiares—, adoptar un estilo de vida saludable será clave para reducir el riesgo de enfermedad cardíaca. 

- Realiza ejercicio físico cada día 

El sobrepeso y la obesidad son un factor de riesgo en las enfermedades cardíacas. Por ello, un hábito saludable que puedes incorporar a tu día a día es ejercicio físico diario y regular. Dos horas de ejercicio aeróbico moderado a la semana —como caminar a paso ligero—, una hora y media de actividad aeróbica intensa a la semana —como correr— o dos sesiones de musculación a la semana pueden ser más que suficiente. 

No obstante, si no has realizado actividad física durante mucho tiempo, deberás empezar poco a poco. Así que empieza por realizar tareas domésticas, pasear al perro o subir las escaleras. 

- Sigue una dieta saludable 

Adoptar una alimentación equilibrada y sana no solo puede ayudar a proteger tu corazón, sino que mejorará la presión arterial y reducirá el riesgo de tener colesterol y diabetes tipo 2. Por tanto, limita la ingesta de azúcar, hidratos de carbono procesados, grasas saturadas, alcohol y sal. En su lugar, opta por las verduras y la fruta, las legumbres, las carnes y pescados magros, los cereales integrales y las grasas saludables. 

- Evita el tabaco 

Las sustancias químicas del tabaco afectan al corazón y los vasos sanguíneos. De hecho, el humo de los cigarrillos reduce el oxígeno en la sangre y aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca. No obstante, el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca disminuye unos días después de dejar de fumar. Así que, siempre que te sea posible, evita el tabaco y el humo de segunda mano. 

- Controla el estrés 

El estrés afecta de innumerables formas al corazón. De hecho, algunas personas lidian con este estado de tensión recurriendo a la comida, el tabaco o el alcohol. Sin embargo, existen alternativas para mejorar el control del estrés, como la actividad física, los ejercicios de relajación y la terapia psicológica.  

- Descansa 

Las personas que no descansan lo suficiente tienen mayor riesgo de sufrir hipertensión arterial, depresión, obesidad, diabetes o un ataque cardíaco. Por tanto, prioriza el sueño en tu día a día y establece un horario para acostarte y despertarte todos los días. Además, asegúrate de descansar al menos siete horas cada noche. 

Las enfermedades cardiovasculares afectan a gran parte de la población. Sin embargo, nunca es tarde para tomar medidas y adoptar una vida saludable que mejore significativamente la salud de tu corazón. Recuerda: ¡corazón no hay más que uno! 

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