Cada año se celebra el 28 de abril el Día Mundial de la Concienciación sobre el Ruido que busca que tanto la ciudadanía como las administraciones públicas tomen conciencia sobre el perjuicio que el ruido tiene sobre la salud, pudiendo llevar a enfermedades fisiológicos, psíquicas o sociológicas.

Para ahondar más en este problema de salud y ayudarte a prevenirlo, queremos hablarte de la hipoacusia o sordera parcial que conlleva una disminución de la sensibilidad auditiva que puede provocar que se utilice un aparato auditivo, aunque no es imprescindible.

Existen diferentes tipos de hipoacusia:

- Neurosensorial: Viene provocado por problemas en los órganos del oído, en sus células o en los nervios que lo abastecen.

- Conductiva: Aquí la lesión se halla en el oído medio o externo por lo que afecta a todas las frecuencias del oído y provoca problemas para detectar sonidos externos.

- Mixta: Cuando hay problemas tanto en el sistema neurosensorial como en los órganos conductivos.

Es importante prevenir en la medida la hipoacusia. Por una parte, identificando y previniendo los posibles factores de riesgo como evitar los volúmenes elevados y llevar a cabo una higiene auditiva saludable. Además, es imprescindible una detección temprana ya que el tratamiento varía mucho es función del grado de la patología; no es lo mismo sufrir una hipoacusia leve que una en grado profundo para la que puede ser necesario la implantación de un implante de conducción ósea.

Por ello, hay que vigilar las posibles causas. Es obvio que los factores genéticos no pueden evitarse, pero en esos casos es importante la detección precoz para no agravar el problema. Sin embargo, sí podemos influir en la gran mayoría de causas como las infecciones causadas por virus o bacterias que puedan perjudicar al oído; el alcohol, el tabaco, así como ciertos fármacos; la otosclerosis que afecta a la movilidad de los huesos del oído medio por lo que la transmisión de las vibraciones es menos eficaz; o la exposición prolongada a ruidos. También es importante vigilar nuestra audición a partir de los 65 años cuando pueden empezar a producirse algunas pérdidas auditivas provocadas por la edad.

Para detectar la hipoacusia en primer lugar se hace un examen físico de audición seguido de pruebas de diapasón que son sencillas y rápidas de realizar. En ocasiones también es necesario que se realice una audiometría de tonos puros o audiometría tonal, una prueba para valorar el tipo de pérdida auditiva determinando los umbrales auditivos, es decir, la mínima intensidad capaz de provocar una sensación auditiva con tono puro. Si usáramos de referencia la escala de un piano, las frecuencias de prueba irían desde los 500 hercios que están alrededor de la mitad en la escala de un piano hasta los 6000 u 8000 que están un poco por encima de la nota más alta que puede tocar un piano.

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